¿Rol con un hada?-Silfide y Yonkee

Sin poder apartar la mirada, denota una tristeza en los ojos del hada, a lo que reaccionó estrechándola entre sus brazos. Aún sin poder articular palabra, solo sintió la necesidad de abrazarla, y lo hizo sin pensarlo. No tardó mucho en darse cuenta de lo que acababa de hacer, pero no la soltó, solo se quedó así, disfrutando del contacto, de la cálida piel del hada, de su respiracion regular, y sobre todo, del perfume que desprendía.

Cuando por fin suelta al hada, la dice -Tengo que deciros, que os juzgué mal, y presiento que seréis una gran compañera de aventuras. Estoy ansioso por partir, y ver que nos deparará el futuro.-

Dicho aquello, asintió, ansioso por partir, instándola a emprender el viaje, pues ella iba a ser su guia para salir del bosque.
Así salieron del bosque y llegaron a la ciudad en el tiempo estimado por el Hada.

Tras deambular por las abarrotadas calles de la ciudad, al fin dio con el gremio de mercenarios, un edificio de dos plantas, de aspecto hosco y descuidado, pero allí se encontraba el estandarte del águila tríptica, donde tenia esperando a Glork, un hombrecillo bajo y rechoncho.
Al entrar Yonkee por la puerta, Glork se le quedó mirando, saltó de su pequeño taburete y se le acercó. Su vos no era apenas un murmucho áspero, que recordaba más a un gruñido que a palabras. Sin embargo, Yonkee le entendia de sobra, pues ya se había encontrado con él con anterioridad.

Así que aquí tenemos por fin a Yonkee. Si no os conociese pensaria que habíais muerto ya. Pero sin duda sois vos. Tantos años, y no habéis cambiado. Y, supongo que venís a por la misión, pero... -Glork, que hasta el momento no se había percatado de la presencia del Hada, se sobresaltó, se puso en guardia, e incluso desenvaino a una rapidez sobrehumana un pequeño puñal de obsidiana. Con cautela, y sin perderla de vista le pregunto a Yonkee- ¿Quién es ella? ¡Sabes de sobra que si no es del gremio no es bienvenida! -Había sacado un segundo puñal y ahora también amenazaba a Yonkee- Yonkee, te advierto que pagarás caro semejante osadía.

-Yonkee ya no aguantó mas y soltó una gran carcajada- ¡Cállate ya viejo chiflado! -Le espetó.- Sabes de sobra que puedes confiar en mi, maldito enano, de haber sabido que tu estabas aqui, no habria entrado, pero, ahora es mi compañera, y es de confianza. Glork, yo respondo por ella, así que guarda ya esos juguetes si no quieres hacerte daño...

-Glork aún desconfiaba, pero hizo lo que se le pidió. Ya mas calmado siguió hablando.- Bien, siendo así, ella también debera unirse al gremio, antes que empiece a contaros los detalles de la misión. Ya sabes como va el asunto, así que no creo que te importe. -Dirigiéndose ahora hacia el Hada.- Primero habéis de saber, que contáis con un gran honor al haber sido recomendada por éste de aquí, y más vale que hagáis honor a ello... Pero ahora lo importante es que seáis miembro activo, si es que queréis tomar parte en la misión. Para ello será preciso que me degáis quien sois, y hagáis un pago inicial, como aval, ya que no le vamos a empezar a pagar a nadie sin unas garantías.

Supongo que así ha sido, aun que la verdad, es que no hemos tenido incidencias por el camino -Dijo con una risotada-

Bueno, dejáos ya de tonterías, que el tiempo se nos viene encima.
Minerva has dicho, ¿no? La cuota por entrar son 800 monedas de oro. Cantidad que será devuelta tras el décimo trabajo realizado con éxito.
Las normas son sencillas, ganate reputación y cobrarás más. Cumple las misiones rápido y de forma eficaz, y ganarás renombre y gloria. Si fallas una, tendrás que empezar de cero y perderás tus privilegios. Y sobre todo, si mueres, no nos hacemos cargo. Si tu vida corre peligro, no hay equipos de rescate, no vamos a ablandarnos porque seas una chiquilla.

Básicamente esas son las condiciones, cualquier duda que tengas me lo preguntas directamente, o se lo preguntas a "ése".

Dicho esto, Glork volvió a su asiento inicial, mirando al Hada esperando su respuesta.

Me parece estupendamente. Pero lo que ahora quiero saber, es de qué se trata la misión, pues casi no me dijo nada el mensajero, solo que viniese hasta aquí.

-Glork, que ya se había guardado la suma de oro, y había retomado su posición inicial, comenzó a relatar los detalles-
Bien, ya que tanta prisa tienes, has de ir a la isla helada de Gelshät. Una vez alli, tendrás que hablar con Cressen, el te dirá dónde debes seguir recogiendo información. Tu misión es localizar, recuperar, y descubrir quién robó el Báculo sagrado de la ciudad de Faradhar. Por lo que sabemos de los que antes han ido, es que ahora, o al menos hace una semana, el Báculo estaba custodiado por unos golems de hielo. Ahora te pregunto, ¿Irás a morir, o perderás tu preciada reputación? -Dijo con una amplia sonrisa-
Sabes que nunca rechazo un trabajo que se me encomienda... Pero dejando tu insolencia, y tu odio de lado, ya sabes que no hay nada que me guste más que llegar hasta el final, sobre todo cuando mis predecesores al encargo fallaron o se retiraron.
Ahora si no te importa, dame la carta de encargo para que podamos ponernos rumbo a Gelshät de inmediato.
-Dicho esto, Glork no se demoró y le dio la carta de encargo, y tan pronto estuvo en su poder salió del edificio seguido por el hada.
Estuvo andando por las calles un largo rato, meditando, hasta que por fin se volvió, y se dirigió a su compañera-
Bueno, ahora ya solo queda ir hacia el norte, me tendrás que llevar hasta una ciudad con puerto, si la ciudad es pequeña y poco conocida mejor. Pero antes, debemos aprovisionarnos, que a donde vamos, te puedo asegurar que hace frío, mucho frío.
También, he de conseguir un buen arco, y creo que deberías hacer lo propio, porque las bajas temperaturas pueden jugar malas pasadas con ciertas armas. Pero podemos ir donde queráis antes de partir, si tenéis alguna necesidad, o simplemente queréis elegir dónde ir primero.

-Devolviendole la sonrisa la dijo- Me parece estupendo, ahora si conocéis a algun buen armero, a poder ser, docto en las artes antiguas, estaré encantado de seguiros

[Si que te esmeras en las respuestas, y eso que en teoria era tu rol, y parece que lo guio yo xDDD]

-Al decir el hada que quería volver a encontrarse con él, le entroó una curiosidad repentina- ¿Y de qué conocéis a ese tal Maestric? Espero que tenga buena mano, pues no estoy dispuesto a comprar cualquier arma. Aun que si vos le conocéis, sin duda debe de ser alguien de confianza. -Dijo con una amplia sonrisa-

Muy bien entonces, guíame hasta él. Además, los elfos eran conocidos por sus habilidades. Así, espero que también me pueda batir en un duelo con él, y ver que puedo aprender.

Así, mientras seguía hablando con el hada, la fue siguiendo por las calles de la ciudad. Fue una sorpresa vislumbrar que por cada calle, el aspecto era más pobre y descuidado, incluso el propio taller de Maestric, que parecía una cabaña abandonada, y sin embargo, había algo diferente que no hubiese sabido definir.

Después de quedarse unos segundos valorándola, entró tras el hada.

Honorable armero Maestric, conozco las artes elficas en la producción de armas, y bien me gustaría obtener algo especial. Próximamente nos embarca una misión a tierras norteñas, y aun que mi compañera, -Dijo agarrando el pomo de su espada- creo que debería llevar algo más liviano, y sin funda, como un arco, o cualquier sugerencia qué podáis hacerme.

-Dubitativo, el dragón se rascó la barbilla un momento, y por fin se decidió, respondiéndole al elfo- Sinceramente, me gustaría incrementar mis dotes con el arco, así como combates en los que deba usar armas cortas, ya sean dagas o cuchillos. Nunca se sabe si me tocará combatir en una pradera, o en una gruta, y quiero estar lo mejor preparado posible

-Dando un paso hacia el hada, la dijo- Dicho sea de paso, también me gustaría conocer las dotes de mi compañera, pues no está de más saber con qué cuento antes de tener que enfrentarme a lo que nos deparen las tierras del norte

-El arco que le entregó el maestro armero era un tanto singular, pues parecia hecho de madera, y sin embargo, para él, era un material desconocido, además, a pesar de parecer muy robusto y pesado, era liviano, y lo que más le sorprendió, ver como brillaban unos grabados cuando lo tensó- No hay duda que es un arma singular. Tan solo me he encontrado en toda mi vida con dos armas tan imponentes como esta -Sonrió por la satisfacción de haber dado con algo así- Bueno, creo que ya va siendo hora de probarlo -Dicho esto, tomó prestada una flecha de un carcaj colado en la pared, y siguió al armero por la trastienda, donde, tras una gran puerta de roble, había un pequeño patio de armas. Se colocó frente a una diana que habia, tensó el arco, y disparó. Su sorpresa fue enorme al descubrir, no solo que había hecho diana, sino que la flecha habia atravesado esta- Es sin duda un arma muy poderosa. Por lo tanto, no puedo estar seguro de que me lo vayáis a vender, pues no debería caer en manos de cualquiera. Decidme, ¿Por qué me habéis permitido probarlo?

-Impresionado por la demostracion, quedó boquiabierto, pero en seguida reaccionó y le sonrió al hada- Bien, creo que será muy interesante este nuevo viaje. Ahora bien, honorable Maestric, me gustaria poder hacer uso de algo más de mi poder, ¿Puedo confiar en vuestra confidencia? Pues hay ciertos aspectos que no me gustaria que fuesen revelados, sobre todo, despues de los años que llevo ocultándolo